Con motivo del cuarenta cumpleaños del principe, están aprovechando para hacernos propaganda de la monarquía y tanteando el ambiente de cara a la sucesión en el trono.
Lo gracioso es el intentar que le veamos como una persona normal y con un trabajo (!) como todos los demas. Se leen cosas tan graciosas como que en los ultimos 11 años el príncipe no ha dormido en casa (nuestra casa, porque la hemos pagado nosotros, no él) unos tres meses y medio por sus viajes diplomáticos.
Aparte de que ese tiempo no es nada, ya me gustaría a mi poder irme de viaje por el mundo gratis, simplemente para ver como a alguien le nombran presidente de su país con la correspondiente cuchipanda que se organiza.
Desgraciadamente la mayoría de los políticos se la cogen con papel de fumar antes de decir alguna cosa en contra la monarquía y hay una especie de pacto de silencio de los medios informativos que impide críticas reales.
Si nuestro país fuera diferente (digamos como el Reino Unido) el ser sinceros respecto a la opinión que nos merece la monarquía no sería un problema. Que haya temas que no se puedan tocar, indica que aún nos falta para llegar a la madurez democrática de otros paises.
Ser republicano no es de derechas, ni de izquierdas, es tener la sincera convicción de que el jefe del estado ha de ser alguien elegido por el pueblo, no un derecho de nacimiento. Expresar esa opinión, defenderla y pretender que sea una realidad es un derecho.
Además, si hemos de tener en cuenta la historia de la dinastía de nuestros reyes y el perjuicio continuo que han supuesto sus gobiernos para nuestro país, deberían haber sido desposeidos de esos supuestos derechos hace mucho tiempo.
Supongo que solo me queda sonar y que algún día las generaciones futuras vean nuestra tercera república. Dicen que a la tercera va la vencida.
viernes, enero 25, 2008
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