Leo la noticia de que los estudiantes universitarios cometen cada vez mas faltas de ortografía. Me lo dirás a mi que llevo años viéndolo en sus exámenes y trabajos.
La presidenta de la Asociación Catalana de Universidades Públicas, Anna María Geli (rectora de la universidad de Girona), afirma que los alumnos además tienen menor capacidad lectora. Ultimamente los examenes hay que hacerlos al nivel del libro gordo de Petete para que los alumnos entiendan los que les pedimos.
La señora Geli no echa la culpa tantoo al sistema educativo como a la dejadez de los jóvenes actuales, reivindicando el retorno a la cultura del esfuerzo. Algo que murió hace años a mano de las sucesivas reformas educativas.
En esas declaraciones se dice también que los alumnos actuales: "le dan tres vueltas en conocimiento audiovisual y tecnológico a los de hace unos años".
Estamos aquí frente a uno de los mayores tópicos actuales. Los jóvenes están mas capacitados para el mundo tecnológico que las generaciones anteriores, eso de que el niño de cinco años sabe manejar mejor el video que su papá.
Aparte de que los elementos tecnológicos están diseñados para el auténticamente inútil (si no fuera así no venderían ni uno), no creo que ninguna generación esté mejor adaptada para el momento en que vive que la anterior.
Lo que no es de recibo es que la capacidad de comprensión y expresión se pierda y no tenga tanta importancia por que los jovenes actuales sean capaces de usar un móvil.
Lo mas fuerte es que las declaraciones desde la universidad sean tímidas en lo que respecta a la educación que reciben los alumnos que nos llegan y llegarán.
Los cargos rectores de las universidades son en su mayoría ocupados por personas afines a los diferentes partidos y muchas veces los usan como trampolines políticos. No es extraño ver a rectores en listas electorales u ocupando cargos en los diferentes elementos de los gobiernos centrales, autonómicos o municipales. En cada elección a rector puedes ver perfectamente que intereses políticos o afinidades representa cada candidato.
La universidad debería ser uno de los elementos críticos de la sociedad, no un comparsa dócil que tiene que ser complaciente para poder obtener los fondos que necesita para funcionar.
Todo esto se lo debemos a la infiltración de la clase política y sus secuaces en todos los ámbitos, su afán de controlar y evitar críticas a lo mal que lo hacen.
Si no hay crítica, no hay democracia. Pero crítica de verdad, no debates estériles para desviar la atención sobre lo que realmente importa.
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2 comentarios:
"Desviar la atención": ¡justo!
Es como si yo dijera: no sé cocinar pero plancho requetebién. O no sé hacer integrales pero me salen unas raíces cuadradas de rechupete...
Este consuelo tonto de la "cultura audiovisual" me parece hecho adrede para satisfacer (que no corregir) a quienes han decidido que la comprensión lectora y escrita no sirve para entender la realidad (y a sí mismos).
Si su conocimiento se limita a la "¿cultura? audiovisual", de mayores serán carne de cañón, además de manipulables, influenciables, acríticos...
¡Qué desfachatez, la de nuestros rectores-políticos!
¿Al poner "conocimiento" en negrita quieres indicarme que no has hablado de "cultura"?
¡Pero si da lo mismo! Incluso tratándose de conocimiento, éste debería llegar siempre con posterioridad; nunca como un parche que pretenda "compensar" (y menos sustituir, cosa que no logrará nunca) otras carencias de alfabetización más básicas.
Pero si es que además me parece que estamos de acuerdo. Fri ha sacado hoy una viñeta sobre este asunto.
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