De poco sirve tener juguetes caros si no puedes jugar con ellos, eso debían pensar los generales del pentágono y vieron como una oportunidad caída del cielo (nunca mejor dicho) la pérdida de órbita de uno de sus satélites espias.
La marina norteaméricana derribó ayer el satélite usando un misil tierra-aire con la disculpa de que su tanque de combustible (muy tóxico según ellos) podría sobrevivir la reentrada.
Evidentemente se trataba de una demostración de fuerza, no solo para probar que pueden derribar satélites espía (ya hace mucho tiempo que pueden hacerlo) sino que su sistema de escudo antimisiles está operativo.
A ciertas personas les gusta jugar con fuego, sobre todo después de que Rusia declarara hace poco que está dispuesta a apuntar sus misiles nucleares hacia cualquier país europeo que albergue el sistema antimisiles norteamericano, especialmente a los paises que están en su frontera.
Es de suponer que las cosas no irán a mayores, pero por de pronto los Norteamericanos están violando los tratados internacionales de uso pacífico del espacio, amén de violar los tratados de desarme.
Y es que tenemos problemas mayores para tener que preocuparnos de nuevo por una carrera armamentística que ya sabemos que nadie puede ganar.
viernes, febrero 22, 2008
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