No hay nada peor que el que la campaña electoral comience seis meses antes de las elecciones, es algo a lo que están acostumbrados los políticos pero que empieza a aburrir y asquear al ciudadano.
Y evidente, no hay nada peor que cuando oyes el mismo discurso triunfalista que has oido a unos, ahora en boca de los otros. Resulta que ahora somos la octava economía mundial y hemos superado a Canadá, estamos creando superávit (o sea, menos deuda y garantía de las futuras pensiones) y la riqueza del país ha aumentado espectacularmente (probablemente debido a la revalorización inmobilaria). O sea, que España va bien ¿donde habré oído yo eso antes?.
Lo que no se es realmente quien disfruta de esa riqueza. La gente no puede independizarse porque no puede pagar una hipoteca, ni un alquiler. El sueldo medio bruto está por debajo de los 2000 euros y el de los jovenes no llega a 1500. el precio de los alimentos de primera necesidad se dispara y la gente aun tiene necesidad de comer (¡que pretensiones!). Todavía tenemos dos millones de parados y aunque el empleo crece de manera continuada es en precario. Leo también que el recibo de la luz subirá un 12% el año que vienen para las familias. Total, que no se de que nos quejamos.
Si somos tan ricos, igual es que no se recaudan impuestos de donde realmente se deberían recaudar, igual la carga fiscal debería de dejar de recaer sobre los asalariados y deberían ser las empresas y los negocios los que deberían aportar lo que es justo. Igual el estado debería ser tan estricto con las empresas como lo es con los ciudadanos.
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